lunes, 18 de mayo de 2009

hospital


Algunas veces los accidentes son buenos. Estuve internada por dos días en un hospital y una de mis mejores amigas se quedó a dormir la primera noche para asegurarse que no me faltara nada y hacerme un poco de compañía Desperté a las tres de la mañana con algunos murmullos y por ser el primero seguí durmiendo. Escuché una vez más y en ésta era casi como si una mujer pidiera socorro. Intenté levantarme sin hacer mucho ruido para no despertar a mi visita, mas no contaba que estaba ya detenida frente a la ventana de mi cuarto. Me dijo que me apresure en asomarme y viera. No me negué pero el temor no me dejaba, se pasaron mis cosas en la cabeza algún enfermo dando sus últimos ruidos, algún animal extraño, algún fenómeno encerrado por años en ese hospital por órdenes del gobierno. Más la imagen me conllevo a un pasaje de una película no macabra como imaginé. Eran dos enfermeros de guardia que en horas de tanta quietud decidieron acariciarse contra la pared del cuarto que estaba al lado del mío. Era la primera vez que veía un espectáculo en zona súper Platinum. En ésa habitación azul podía verse los estantes de medicamentos, la repisa con la que apoyaba la pierna de la mujer joven y delgadísima. No eran rubios como los actores porno, ni el con un cuerpo muy trabajado en un gimnasio mas si la sensualidad, el erotismo que brotaba de sus poros era mucho más real que ningún actor podía lograr transmitir. El lamía los pechos de la enfermera sin necesidad de quitarle el sujetador, ella con la habilidad manual que procuraba ser satisfactoria para él. La pelvis de la mujer se oscilaba y regresaba como el mar a la arena. Empujada contra la pared cada montículo de medicinas se iban cayendo uno a uno. El sudor empañaba los vidrios de mi ventana y de cuando en cuando tenía que limpiarlos pero con suavidad quizás me escucharan y decidieran detenerse o quizás no existía ningún ruido ajeno a sus gemidos .Ella recostada contra la pared , prelibaba las sensaciones de goce sensual al sexual , desde el sutil roce de labios , de la primera a la última caricia , hasta las vibraciones del orgasmo que la agotan y la reviven de su monótono trabajo nocturno .Conté desde el primer minuto , a los diez su respiración se asemejaba a la de un fiera en celo , los quince siguientes su cuerpo no respondía a movimientos humanos , a los otros restantes solo gritó. Casi cuando pensé era la culminación, era tan solo el comienzo, pero esta vez su mirada no estaba fija en ella, mas bien en nuestra ventana,
Atravesaba el vidrio hasta mis ojos. Sus ojos que no importaba su color perpetuaban hasta en mis poros el deseo y la excitación de alguien lo estuviera observando. Intentaba pedir a mi amiga me pellizcar a imaginar que nada de lo que veía era real pero al igual que yo estaba embelezada observando el desquiciable cuerpo de aquel sujeto que te bañaba de ansias por ser parte de aquel juego de enfermeros.
Era la humedad de su lengua la que ruborizaba y paraba mis vellos con la intensidad que lamia el cuello de ésa victima de su sed. Poco a poco me iba acariciando y desde el borde de mis ojos veía a mi amiga morderse los labios a la par de que me humedecía. Sentí la pequeña envidia de no estar en el preciso momento mas él se empeñaba en hacernos participe dejándonos observarlo el uso de una serie de gentilicios par a lograr el placer. Logré unas sucesivas explosiones de orgasmo con tan sólo mirarlos.
Nunca más regresé al hospital para un internado ni tampoco los volví a ver o quizás reconocer o lo más posible que un malhumorado jefe habría tenido más envidia que yo en despedir aquellos ajenos del pudor y esclavos del mejor deporte del mundo dentro de un centro de salud.

1 comentario:

  1. Nunca estuve internado en un hospital, pero supongo que no siempre se podrá disponer de servicios =(

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